Para los niños más pequeños no es aconsejable narrar demasiados cuentos diferentes. Cuanto más pequeño es el niño, con mayor profundidad vive en las imagenes del cuento. Por eso les produciríamos un gran desasosiego si los hartáramos de cuentos. Así, para los niños de tres y menores de esa edad es bueno escoger cuentos simples y cortos. Para los niños entre cuatro y seis años es importante que tengan un desenlace feliz, dada la gran identificación con el cuento. Para esas edades, las imágenes de los cuentos deben ser tan grandes en su sencillez, tan verídicas en su mensaje. que sea una llamada a las regiones profundas del alma, regiones en las que tiene su origen la voluntad.